martes, 2 de junio de 2015

Sonetos del amor oscuro

Los Sonetos del amor oscuro, o simplemente Sonetos, son una colección de sonetos escritos durante sus últimos años de vida por el poeta y dramaturgo español Federico García Lorca (Granada, 1898–1936), recopilados y publicados póstumamente. Por tanto, no es un libro definitivo establecido por el autor, y las diferentes ediciones pueden variar, tanto en el índice como en el título, dependiendo de las fuentes en que se base el editor.

Análisis

El amor oscuro

 En respuesta a la publicación de los Sonetos del amor oscuro en el ABC, Aleixandre manifestó su sorpresa por cómo se evitaba cuidadosamente mencionar la palabra «homosexual» en los artículos escritos sobre el tema. Para el poeta, había que aceptar en Lorca al hombre entero, y planteaba que no se puede comprender su obra sin tener en cuenta su homosexualidad.
También el hispanista italiano Carmelo Samonà señalaba la «curiosa reticencia» que se mostraba «desde las páginas del diario madrileño. ¿Por qué? ¿En 1984 es realmente necesario defender a Lorca de sí mismo?» En el mismo sentido se pronunciaba, tras un estudio de los sonetos, Víctor Infantes: «En (casi) todo lo leído sobre los Sonetos del amor oscuro se evita cuidadosa y cautelosamente mencionar, sugerir, apuntar la homosexualidad de García Lorca.» El propio Gibson ha apuntado que dicha elusión, en «los malos críticos de siempre» y «en ciertos lorquistas», pudiera estar motivada en evitar problemas con la familia, por temor a que se les cerraran «las puertas del archivo de la Fundación García Lorca».
Daniel Eisenberg concluye que, aunque Lorca pensara abordar un concepto más amplio y un título más genérico para su colección de sonetos, el sentido «comúnmente admitido» sobre los poemas amorosos, los que él llamó Sonetos del amor oscuro, sigue siendo correcto. A ello no escapa, según Eisenberg, la comparación que hizo el propio Lorca de su libro con los Sonetos de Shakespeare (con una ampliamente divulgada implicación homosexual) o la mención de Mario Hernández a Verlaine como referente para el título Jardín de los sonetos.
Erotismo y éxtasis
Uta Felten señala que, como sucede en el Diván del Tamarit, «sangre, éxtasis, deseo, dolor, violencia y martirio» son los temas en torno a los cuales giran losSonetos del amor oscuro. Cita el «Soneto de la guirnalda de rosas», donde el «yo lírico» se muestra como un mártir erótico:
  Goza el fresco paisaje de mi herida,
  Quiebra juncos y arroyos delicados.
  Bebe en muslo de miel sangre vertida.
Aparece de nuevo en <Noche del amor insmone>:
La aurora nos unió sobre la cama,
las bocas puestas sobre el chorro helado
de una sangre sin fin que se derrama.


O se rasga las venas en «Soneto de la carta» («El poeta pide a su amor que le escriba»), una réplica erótica de la místicade San Juan de la Cruz que remite, por las imágenes del cuerpo herido que se ofrece al amado, a la leyenda del martirio de San Sebastián:

Pero yo te sufrí, rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.


Esta lectura del amor oscuro conduce a una referencia intertextual de San Juan de la Cruz y su famosa «Noche oscura», mencionada por García-Posadas en su introducción a los poemas. Incide en ella también Uta Felten, señalando la intertextualidad entre ambos autores, evidente en «El poeta pide a su amor que le escriba» o en «Soneto de la guirnalda de rosas», diciendo que Lorca «recurre al principio de la concordia discors para poner en escena la "dolorosa voluptuosidad", el dulce dolor de la experiencia mística.» En el verso «Goza el fresco paisaje de mi herida», del «Soneto de la guirnalda de rosas», la autora interpreta una referencia «a la "herida feliz", al dulce dolor de la experiencia mística»; la imagen de la azucena que cierra «El poeta pide a su amor que le escriba» reenvía de nuevo a la «Noche oscura», que acaba con el verso «entre azucenas olvidado», así como al Cantar de los cantares, donde la imagen de la azucena mantiene una carga erótica y sexual intrínseca al tiempo que, debido a la transformación a lo divino de la obra, se convierte en una imagen clave del lenguaje místico.

La muerte
Jenaro Talens encuentra un recorrido en la poesía de Lorca, que parte de una primera etapa vitalista que se elevaba «sobre la expresión de sensaciones y la voluntad de transmitirlas», desde Libro de poemas al Romancero gitano, pasando por la violencia de Poeta en Nueva York, que lo hacía «sobre un deseo de conocimiento» y que Talens considera un «punto de no retorno en su obra» que le conduce hasta su poesía del último periodo, la «lucidez de la tragedia» que en el Diván del Tamarit o los Sonetos, se apoya en la «asunción trágica de que ambos procedimientos conducen a un mismo lugar: la muerte».

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